A todas horas estoy
pensando en recetas nuevas que hacer, a veces incluso de cosas que no me gustan
y así fue como se me ocurrió esta.
Porque veréis, soy un poco
rarita y no soy muy fan de los helados, pero si del chocolate y las oreo.
Entonces yo hice este
helado pensando en probarlo y ya está, porque el verano va acercándose, pero la
cosa no quedó ahí.
Estaba demasiado bueno!
Y lo peor: es demasiado
fácil de hacer! No querréis volver a comprar helados ya hechos.
Así que bueno, aquí os dejo
la receta:
Ingredientes:
200 ml de leche
1 cucharadita de extracto
de vainilla
40 g de cacao puro en polvo
Una pizca de sal
2 yemas de huevo
40 g azúcar
200 ml de nata
20 g azúcar invertido (1
cucharada y media aprox.)
5-6 galletas Oreo
troceadas
Ponemos en un cazo la
leche, el cacao, la sal y la vainilla. Calentamos sin que llegue a hervir,
cuando esté bien mezclado retiramos del fuego y reservamos.
Batimos las yemas con el
azúcar hasta que esté espumoso y añadimos a la mezcla removiendo enérgicamente.
Lo ponemos en un bol grande
y lo metemos en el frigorífico una hora.
Comenzamos a montar la
nata. Cuando tenga algo de consistencia añadimos el azúcar invertido despacio y
terminamos de montar.
Añadimos la nata montada a
la mezcla removiendo con cuidado para que no se baje la nata.
Forramos un recipiente con
papel de film, para que sea más fácil sacarlo y vertemos la mezcla. Lo metemos
en el congelador 2 ó 3 horas, tiene que estar más o menos congelado pero sin que
esté muy duro.
Sacamos del congelador y lo
ponemos en un procesador de alimentos con cuchillas hasta que quede cremoso.
Por último le añadimos las
galletas troceadas.
Ya casi tenemos el helado!
Solo falta volverlo a poner
en el recipiente y dejarlo unas 3 horas en el congelador.
Después ya estará listo
para que os lo comáis sin piedad.
Finalmente, os quería
enseñar a mi mami con este ramo de cupcakes que he hecho para el día de la
madre.
En el próximo post os
pondré la receta.
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