Este verano estuve por Alemania y comí este dulce unas cuantas veces.
Ya lo había probado en otras ocasiones, pero desde entonces de vez en
cuando siento la necesidad de volver a comer estas manzanas, pero hasta ahora
no las había preparado.
Es una receta facilísima, pero no por ello menos deliciosa.
Ingredientes:
100 g harina (podéis usar harina sin gluten)
2 huevos
150 ml leche
Una pizca de sal
4 manzanas pequeñas, peladas y descorazonadas
Zumo de medio limón
Aceite para freír (yo usé aceite de girasol)
Azúcar y canela
Mezclamos la harina, los huevos, la leche y la sal y reservamos la mezcla.
Cortamos las manzanas en rodajas de 1 cm de grosor y añadimos el zumo de
limón por encima.
Ponemos el aceite a calentar en una sartén honda.
Sumergimos las rodajas de manzana en la mezcla y freímos.
Las sacamos y ponemos sobre un papel absorbente.
Rebozamos en azúcar y canela (si lo preferís podéis solo espolvorear azúcar glass).
Servimos caliente y podéis añadir una salsa o helado de vainilla.
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