El final del verano tiene pocas cosas que gusten, pero una
de ellas son los higos, una de mis frutas preferidas.
Quizás sea su temporada
tan efímera lo que los hace más especiales, pero el caso es que me encantan.
Tengo la suerte de que mi abuelo tiene higueras y a pesar de
ser alérgico a las higueras siempre nos trae un buen cubo de higos.
Tantos que
necesitaba hacer algo con ellos, así que he optado por una solución sencilla y
poco original, pero deliciosa: mermelada.
Ingredientes:
230 g de higos pelados (10 higos aproximadamente)
60 g de azúcar moreno
1 cucharada de zumo de limón
½ taza de agua
Ponemos todos los ingredientes en un cazo y ponemos a
calentar a fuego medio.
Tardará unos 45 minutos en estar listo. Solo será
necesario que remováis de vez en cuando.
Una vez que esté lista podéis triturarlo con la batidora si
lo queréis más fino, aunque para mi está bien así.
Dejad que se temple, meted la mermelada en un tarro de
cristal (si queréis conservarlo más tiempo lo podéis esterilizar) y lo ponéis
en el frigorífico.
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