La definición técnica: es la hidrólisis de la sacarosa para dar lugar a fructosa y glucosa. Esto hace que tenga un poder edulcorante de hasta un 30% mayor al del azúcar normal.
Físicamente es un líquido transparente bastante viscoso, de consistencia parecida a la miel. Resulta muy útil en panes y masas fermentadas, ya que mantiene la humedad más tiempo, haciendo que aguanten más, así como en helados y mermeladas, que evita que el azúcar cristalice. También puede utilizarse para dar brillo a los bollos o para reducir la cantidad de azúcar.
Yo utilizo el azúcar invertido en todas mis masas y da muy buen resultado.
Ahora voy a pasar a explicar cómo se prepara. Hacen falta sobres de gasificantes, que en el Mercadona los venden ya preparados, vienen en una caja los dos tipos de sobres, morados y blancos. El sobre morado es de bicarbonato sódico (3,3 g) y el blanco de ácido málico y ácido tartárico (2,2g).
Ingredientes:
150ml de agua mineral (embotellada)
350g de azúcar blanquilla
1 sobre morado
1 sobre blanco
Colocamos el agua en un cazo hasta que empiece a hervir.
Añadimos todo el azúcar y disolvemos.
Añadimos el sobre blanco, removemos hasta que este disuelto y retiramos del fuego.
A continuación añadimos el sobre morado y removemos, con cuidado, ya que empezará a burbujear y a formarse espuma, por lo que es importante que el cazo sea grande.
Una vez que la espuma haya bajado lo vertemos en un tarro y dejamos que se enfríe a temperatura ambiente antes de meterlo en el frigorífico.
Apuntamos la fecha de preparación en el tarro y puede durar un año perfectamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario