Tras los peores 6 meses de mi vida ¡por fin soy
farmacéutica!
Aquí tenéis unas fotos de la graduación.
Y gracias a todos los que me habéis apoyado durante todo
este tiempo.
También os quería enseñar estos cupcakes red velvet que
preparé para las chicas de la farmacia donde hice las prácticas, a las que
tengo que agradecer infinitamente que me acogieran. De no ser por ellas a saber
que habría sido de mi.
Y ahora os dejo con estas galletas que he preparado
aprovechando que este año se celebra el World Pride en Madrid.
Además podéis utilizar esta técnica para otras galletas.
Ingredientes:
140 g de mantequilla a temperatura ambiente
120 g de azúcar
1 huevo M
Una cucharadita de extracto de vainilla
280 g de harina
Colorantes comestibles en pasta (rojo, naranja, amarillo,
verde, azul y morado)
Tamizamos la harina y reservamos.
Batimos la mantequilla con el azúcar, hasta que esté
cremoso.
Añadimos el huevo y la vainilla.
Añadimos la harina.
Pesamos la masa y dividimos en 6 partes iguales.
Teñimos cada parte de un color, formamos una bola, la
envolvemos con film y refrigeramos durante media hora.
Cortamos un rectángulo de papel horno de 9x15 cm.
Sacamos la masa de color morado del frigorífico, la
estiramos con un rodillo (0,5 cm de grosor aproximadamente) utilizando el
rectángulo.
Repetimos la operación con cada color.
Vamos poniendo una capa encima de otra.
Refrigeramos media hora.
Precalentamos el horno a 180ºC.
Utilizando el rectángulo de papel, cortamos los bordes para
que queden rectos.
Realizamos un corte en la mitad.
Cortamos con cuidado cada galleta de 1 cm de grosor.
Las colocamos en una bandeja de horno y horneamos durante 20
minutos.
Las sacamos del horno, dejamos que reposen 5 minutos y las
pasamos a una rejilla.
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